quinta-feira, 29 de janeiro de 2009

"Un agente me empujó y caí al vacío"


Un estudiante saharaui dice que la policía marroquí le tiró desde un cuarto piso
"Nunca subían hasta allí. Por eso, cuando había manifestaciones y nos perseguía la policía, nos escondíamos en la azotea de la residencia de estudiantes. Pero ese día sí subieron. Eran unos 20 ó 30 agentes, no sé. Yo estaba con dos amigos. Nos pegaron. Nos insultaron. A mí me fueron llevando, a golpes, hasta el borde del edificio. 'O te tiras o te tiro, perro saharaui', me dijo un policía. Me empujó y caí". Elwali Elqadmi, de 23 años, recorrió en un segundo el vacío de las cuatro plantas de la residencia de la Universidad de Marrakech. Era el 14 de mayo de 2008. El Gobierno marroquí niega, a través de un portavoz de su embajada en España, que sus fuerzas del orden participasen en este suceso. "Negamos que ningún estudiante haya sido arrojado por agentes de seguridad marroquí desde la azotea de una residencia en la universidad de Marrakech", señalan.

El brutal aterrizaje le fracturó a Elwali sus dos piernas, el brazo izquierdo y le abrió el cráneo, recuerda Labeid, el traductor que le acompaña estos días en Córdoba. Allí, el saharaui está ingresado en el centro de rehabilitación de Fepamic (Federación Provincial de Asociaciones de Minusválidos Físicos de Córdoba). Y es que las peores lesiones las sufrió el joven estudiante de 3º de Sociología en su columna vertebral. Tiene rota la quinta vértebra y una fisura en la sexta. Sus heridas le han dejado en una silla de ruedas. No puede caminar y mueve con dificultad sus brazos.

Elwali es delgado y risueño. Sonríe a pesar del drama que le ha golpeado. "Hay que ser optimista y seguir adelante", dice sin dudarlo. Y cuenta su historia: "Dejé Assa, mi ciudad en Sáhara por dos cosas. Por un lado, sólo podía continuar mis estudios en Marrakech. Por otro, quería llevar a Marruecos la lucha del pueblo saharaui por su libertad", explica. Desde muy pronto, Elwali participó en marchas y actos en defensa de la independencia de la antigua colonia española del Sáhara Occidental. La que llegó a ser considerada una provincia más, fue invadida por Marruecos en 1976, lo que provocó una larga guerra entre los independentistas del Frente Polisario y el ejército del rey Hassan II. Además, cientos de miles de saharauis huyeron a los campos de refugiados de Tinduf, en Argelia. Elwali Elqadmi era un activista saharaui en el corazón de la vigilada sociedad marroquí, custodiada estrechamente por las fuerzas de seguridad. "A mí me conocía la policía. De eso estoy seguro", zanja el joven, que ya había corrido más de una vez delante de los antidisturbios en protestas tanto nacionalistas, como estudiantiles, que exigían mejoras en la enseñanza.

La manifestación de mayo que derivó en la tragedia de Elwali fue de éstas últimas. "Llevábamos unos meses quejándonos por las malas condiciones del campus y de los estudios universitarios en general. Además, poco antes de la manifestación, tres alumnos se intoxicaron por alimentos en mal estado. Ese fue el detonante de la concentración", señala.

La marcha del día 23 discurrió pacíficamente por el recinto universitario, ya que los estudiantes no tenían permiso para salir fuera. Según recuerda Elwali, la policía rodeó todo el campus. "Una vez que obtuvieron permiso del rector, entraron. Tiraban botes de humo y pelotas de goma. Todos los estudiantes corrimos. La policía nos perseguía con porras. Yo me refugié con dos amigos en la azotea de la residencia de estudiantes, pensando que no subirían hasta allí".

Minutos después, Elwali terminaba estrellado en el suelo, frente a los dormitorios de la residencia masculina. "Tras la caída no perdí el conocimiento. Me dolía terriblemente la cabeza. Pasaron dos horas y media hasta que me atendieron. Todo el mundo corría de un lado a otro. Al terminar todo, se dieron cuenta de mi estado. Me sacaron en una de las primeras ambulancias".

En el hospital de Marrakech fue operado de sus heridas. "Fueron unos meses terribles, lo pasé muy mal, con muchos dolores". Sus padres vendieron su vivienda de Assa para poder pagarle una clínica privada en Marruecos, donde esperaban que recibiese mejor trato. Finalmente, su historia fue conocida por una plataforma de asociaciones de apoyo al pueblo saharaui de Córdoba, que consiguieron trasladar al joven a la ciudad andaluza a finales de diciembre.

Ahora espera ingresar en el hospital de Parapléjicos de Toledo para seguir su tratamiento y lograr la mayor autonomía posible. "Luego volveré al Sáhara. Quiero seguir luchando por mi pueblo", dice.

Fuente: http://www.elpais.com:80/articulo/andalucia/agente/empujo/cai/vacio/elpepuespand/20090125elpand_7/Tes

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